Por fin el 5 de mayo de 2012 participé en mi primera prueba MTB no competitiva de renombre, la duodécima edición de la Orbea Monegros 29er.
Había opción de correr dos modalidades, la media maratón (66 km) y la maratón entera (119 km). Un amigo corrió el año pasado la media y éste se había animado a la entera. Humildemente, un servidor empezó por la media para probar, el año que viene ya se vería.
El viernes por la tarde, con la autocaravana preparada pusimos rumbo a Sariñena, donde se realizaba la prueba. Tras algo más de tres horas de viaje, llegamos a eso de las 23:30 al parking habilitado para el acontecimiento. No había demasiada gente, por lo que esperábamos que el mogollón llegara por la mañana, ya que los rumores decían que había más de 6000 bikers inscritos!!
Tras una noche un tanto infernal, donde unos “graciosillos” se pegaron toda la noche de juerga, nos levantamos temprano para ir a por los chips, camiseta y demás parafernalia que te dan con la inscripción. Los puestos y stands están abiertos pero con poca gente, así que aprovechamos para pillar barritas MAXXIM, que tenían un precio bastante inferior al que suelen tener en los comercios. También estaba el stan de equipamiento Orbea con unos precios muy bajos pero, aún así, los equipamientos de ciclismo son caritos y con la crisis hay que controlarse…
Con los deberes hechos, fuimos a dar una vuelta por el pueblo de Sariñena, pequeño pero bonito para pasear. Cuando volvimos a la zona de parking nos asustamos por la cantidad de coches, autobuses cargados de bicis y río de gente que deambulaba por allí.
Nos retiramos pronto para comer ya que la maratón salía a la 13:30 y la media a las 15:00, por lo que convenía tener la digestión hecha.
Fuimos a animar a nuestro amigo en la salida y sacar unas fotos. Asusta ver 4000 bikers saliendo a la vez!, más de 15 minutos saliendo gente sin parar. Después fuimos a prepararnos los otros 4 amigos que hacíamos la media. Pusimos la bici a punto: el dorsal en la bici, repaso a los cambios, mochila, etc., y a la fila.
Un consejo que os doy si vais a hacer esta prueba es llevar una máscara o un buff (braga) para protegeros de la cantidad de polvo que hay. Yo corté la parte fina de uno que tengo para usarlo como máscara, ya que no da calor y facilita la respiración.
En la media maratón, salimos unos 1500 bikers pero aún así, impresiona y daba algo de miedo la posibilidad de caída en la salida y preparar un buen zipostio, ya que es una especie de calle larga, acotada con verjas laterales, haciendo un canalón el cual escupe ciclistas.
3,2,1 ¡listos! Comienza la carrera. Me daba risa ver la gente que peleaba desde la salida por adelantar posiciones aunque lo que me hizo menos gracia fue cuando un payaso me empujó justo debajo del arco de salida de Orbea, estando a punto de tirarme!, total, para formarse un tremendo tapón a 500 metros de la salida, ya que las calles de Sariñena son estrechas. La estrategia nuestra es, dejar pasar, que ya vendrán las cuestas, ja ja ja.
Tomamos la parcelaria y vimos un tumulto de ciclistas que nos hicieron temer lo peor, pero una vez allí, nos dio la risa al ver que la gente que te empujaba en la salida… ¡se paraba ante un charco”!! Como nosotros estamos acostumbrados a mancharnos, atravesamos los pozos y charcos de barro por la mitad, adelantando a unas 30 personas por cada charco que nos encontrábamos.
Había estudiado el track con detenimiento por lo que sabía cuando apretar y cuando no, así que cuando llegamos a la famosa “herradura” de subida, que son unas cuestas largas, estuvimos perfectamente preparados, habiendo calentado correctamente, así que subimos sin problemas, adelantando a cerca de 500 personas.
Llegó el primer avituallamiento y no hizo falta ni parar ya que el tiempo no era muy caluroso. Eso sí, había mucho, pero mucho, mucho polvo. Menos mal que llevaba la máscara porque había tramos en los que tuve que rodar a ciegas. No se veía ni la rueda de la propia bici, por lo que tenía que intuir por donde rodar.
Terminadas las subidas, las cuales aprobamos y con nota, llegaron las temibles bajadas, mi talón de Aquiles. Había una pendiente muy pronunciada, catalogada como “tramo muy peligroso”.
Empecé a bajar tímidamente pero uno que estaba casi abajo se metió un castañazo descomunal, bajó rodando con la bici encima. Menos mal que había gente de la organización en la cuesta y le ayudaron. Acto seguido y visto lo visto, me bajé de la montura y descendí esos 300 metros andando, ya que no los bajaba con ninguna seguridad y a la velocidad que venían los competidores por detrás, corría el riesgo de montar un tapón, así que me hice a un lado y facilité la circulación.
Tras esa bajada, llegamos a un tramo de unos 7 km de bajada lleno de rocas, agujeros, pozos, grietas y demás peligros que esconde el desierto de los Monegros. Bajé a una velocidad que me permitió controlar la bici y esquivar esos obstáculos. En ese tramo de bajada perdí bastantes puestos, los cuales recuperé en el llaneo y alguna subida que tocaba en los últimos 15 km.
A escasos 5 km de la meta, se me cruzó la bici sola en una zona llana y sin ningún peligro. Estuve a punto de perder el control, lo que me hizo salirme del camino y acabé en la plantación. ¡El freno delantero se me había bloqueado!. Menos mal que fue en ese tramo y no en el de bajada. Entonces pensé que los Shimano 445 de mi bici Orbea tenían los días contados, ¡son una autentica mierda!
Tenía los cuádriceps a punto de la sobrecarga y me dolían mucho, por lo que esa parada en seco casi acaba conmigo. Se me hizo muy duro arrancar nuevamente y lo hice lento y agotado, pero uno de los tres amigos que hacían también la media junto conmigo, me adelantó y me dió un grito de ánimo, lo que me sirvió para seguir engancho a su rueda y rodar como el viento, con todo metido, plato y piñón pequeño, apretando los dientes y rodando de pies, ya que este último tramo era todo un falso llano, que a esas alturas de la carrera fue un infierno.
Finalmente, crucé la meta a 10 segundos de mi amigo haciendo un tiempo de 2 h. 59 min. 57 seg., en el puesto 378. Me sentí muy orgulloso de mi gran victoria personal ya que para una persona que empezó a andar en bici en septiembre del año pasado, con problemas de rodilla y espalda, hacer la media en este tiempo no estuvo nada mal, por no hablar de mi humilde bici, Orbea Satellite, que frente a las máquinas que calzan la mayoría, era como comparar un seat 127 con un Lamborghini Diablo.
El compañero que hizo la larga llegó un par de horas más tarde, en mejor forma de la que esperaba. Se notó que los del norte somos gente dura, ja ja ja.
Limpiamos la bici, nos duchamos en la auto, dimos un paseo por el recinto ferial donde servían fideua, ternera asada y bebidas. Enseguida el cansancio hizo mella y nos retiramos a dormir. Pese a que había gente con ganas de juerga, caímos como troncos y hasta la mañana siguiente no existió nada más que el señor Morfeo.
Al día siguiente, ya descansados, aprovechamos que estábamos en una zona increíble para hacer un poco de turismo así que nos dirigimos al castillo de Loarre, donde hicimos la visita con audioguía y comimos un bocata en el bar del castillo ante unas vistas espectaculares desde donde se divisaba casi hasta Zaragoza.
Un par de horas más tarde, llegamos a casa donde descargamos todos los bártulos, cenamos y nuevamente a la cama, con una gran sonrisa y la sensación de haber hecho muy bien los deberes.
Aquí os dejo los tracks de la ruta de los Monegros:
- Media maratón: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2628445
- Maratón: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2700896
Próximo reto…¡¡la Extrem Bilbao-Bizkaia!!
Ernesto
¿A qué hora conviene estar allí el día de la marcha para evitar las aglomeraciones de gente?
pedalesyzapatillas
pufff, pues el mismo día…ya es tarde, porque las aglomeraciones comienzan el día anterior, pero supongo que cuanto antes llegues, mejor.
Un saludo!