Todavía no sé muy bien cómo me liaron pero, el pasado 3 de septiembre acabé guiando a un grupo de 28 bikers por la preciosa ruta de las Ermitas del Parque Natural de Urbasa-Andia.
Durante la prueba maratón Extreme Bardenas conocí personalmente al famoso Youtuber «Alex Laredo» y después volví a coincidir con él en el mundo virtual de Facebook, donde barajamos la idea de realizar alguna ruta juntos.
Buscando una excursión BTTra sin demasiada dificultad técnica pero con un alto nivel paisajístico propuse la del Parque Natural Urbasa-Andía, pasando por las ermitas de Santa Marina, San Adrián y San Donato y San Cayetano hasta llegar al Beriain.
La conversación la iniciamos en el grupo público de Facebook de la Extreme Bardenas, visible a todo el mundo, y Agnieszka, una biker del Club Ciclista Femenino de Pamplona Bizikume, preguntó a ver si se podían apuntar a la ruta.
Clubes masculinos o mixtos hay muchos, pero femeninos no tantos y me vino a la cabeza la idea de invitar a la salida al Club Ciclista Femenino alavés ELLA bikes, dirigido por Kerstin, una ciclista con la que comparto club (CDC Pro Evasion Bike) y además tengo gran amistad. De esa manera haríamos una especie de «hermanamiento» y acercamiento de ambos clubes.
Aprovechando que las Bizikume venían de Pamplona, también invité a Sergio, un amigo del Club APLBIKE y a los Vitorianos Mikel y Lina, un matrimonio ciclista del grupo Vuelta a Euskadi En BTT, con quienes mantengo una buena amistad desde hace ya unos años y además tienen un «rollito» que me mola mucho.
A semejante fiesta BTT no podía faltar mi compañero y amigo Hellbiker Iñigo, quien hizo un auténtico esfuerzo para estar allí ese día, ya que el sábado anterior corrió la marcha riojana «Hazla del Tirón» y traía las piernas «calentitas».
La fecha propuesta se fue acercando y como el tiempo parecía favorable, dimos luz verde a la ruta y fecha propuesta, juntándonos 28 bikers en la entrada al Parque Natural de Urbasa.
Dejamos los coches en los dos parking que hay antes del Parketxe de Urbasa y después de saludos y presentaciones, comenzamos a pedalear.
Los primeros kilómetros, al no tener desnivel y hacerse por asfalto fueron bastante amables, lo que vino bien para calentar un poco las piernas, organizar un poco la grupeta y que la gente fuera hablando entre sí.
No es una zona en la que suela haber mucho tráfico, pero casualmente, ese día se celebraba un homenaje en el monumento erguido a los maestros asesinados en 1936, acto que atrajo a bastante público y por lo tanto más tráfico del deseado.
En el parking Tximista abandonamos el asfalto para coger la pista de gravilla, en un principio también ausente de pendientes significativas, pero ya les advertí que la cosa pronto cambiaría.
Pese a unas previsiones favorables, la mañana fue bastante fresca y además cayeron algunas gotas puntuales. Por suerte, fueron desapareciendo y la temperatura también fue en notable ascenso.
A la cabeza, guiando al grupo iba yo, mientras que Iñigo iba controlando el pelotón por si había algún percance, pero la grupeta rodaba ligera y sin problemas.
Según llegábamos a Santa Marina, también lo hicieron las primeras cuestas exigentes, rompiendo ligeramente el grupo, pero todo el mundo las superó satisfactoriamente y sin perder la sonrisa en ningún momento.
El calentón fue serio y la temperatura comenzaba a subir y nos empezamos a quitar algo de ropa, llegando a la ermita totalmente de corto.
Visitamos el buzón, disfrutamos de las vistas desde el corte, vimos el «Jentilzubi» o «Puente de los Gentiles» y monte a través, alcanzamos nuevamente la pista.
En el track original proponía enfrentarse al buzón de Iruelorrieta (1099m) de frente, pero Mikel me comentó que era más sencillo y accesible siguiendo la pista que se abre por la izquierda y accede al mismo punto por la derecha. Después de probar esa alternativa, reconocí que efectivamente, era mucho más sencilla.
Se nota que Mikel y Lina llevan muchísimos años andando en mountain bike. Son una auténtica enciclopedia andante. No hay camino que no conozcan y sobre el que no tengan alguna anécdota que contar.
La subida al buzón no es moco de pavo, de hecho, para no forzar la espalda demasiado, yo me bajé en el último tramo, pero la mayoría de la grupetilla lo hizo sin bajarse de la bici!!
Paradita arriba para recuperar el aliento, tomar agua y nuevamente tramo all mountain en busca de la pista.
La bajada es un tanto pedregosa, pero todo el mundo la superó satisfactoriamente. Madre mía, que nivelazo tienen estas chicas!!
Rodando con mucha alegría llegamos a la segunda ermita del día, San Adrián (1114m), desde donde disfrutamos de unas vistas impresionantes de la Sakana.
El fondo de pantalla que tengo en el ordenador del curro es una foto sacada desde allí, lugar al cual mi mente escapa en los días más «duros» y evita que acabe estrangulando a alguien.
Retomamos la pista y seguimos del tirón hasta el alto del Puerto de Lizarraga, parando a «repostar» en la Venta de mismo nombre.
Con las fuerzas repuestas, un humor buenísimo y una voluntad inquebrantable superamos la dura pala de cemento que viene a continuación y recorrimos la árida meseta.
Llama la atención la total ausencia de árboles, lo que da una idea de lo duro que puede llegar a ser el clima en ese alto, expuesto a los vientos de ambas vertientes.
Rodábamos a tan buen ritmo por la pista, que casi no nos dimos cuenta de que nos faltaban algunas componentes del grupo EllaBikes. Nuria había pinchado, pero gracias a las clases prácticas de mecánica que suelen organizar, fueron capaces de solventar el problema de manera rápida y efectiva.
Paramos en el matemáticamente calculado «Euskal Herriko Erdigunea» o «Centro de Euskal Herria«, lugar de peregrinación para la gente montañera.
En ese punto la pista se vuelve más arisca, presentando losas sueltas y una pendiente que se va encrudeciendo a medida que nos acercamos a nuestro objetivo, pero nada que con voluntad no se pueda hacer.
El equipo venía bastante disperso, por lo que paramos para recomponer la grupetilla en una zona donde se divisa San Miguel de Aralar, otra de las Mecas de las dos ruedas.
Pegamos otro arreón y finalmente, con un tiempo ligeramente superior a las 6h, conseguimos hacer cima en la chepa del Beriain y alcanzar el objetivo final, la ermita más alta de Navarra, la de San Donato y San Cayetano (1494m).
Después de un montón de abrazos, saltos de alegría, fotos, video y risas, volvimos por pista al lugar de partida, invirtiendo un tiempo final de 9h para cubrir los 65km y 1375mD+ que tiene esta ruta.
Durante la vuelta una chica sufrió una rotura del cable del cambio, pero nuestro tigretón fosforito, Sergio (APLBike), le hizo una Mac Gyverada y le fijó el cambio en un piñón intermedio, lo que le permitió llegar sin mayor percance al coche.
Al finalizar la ruta, me resultó emotivo ver la ilusión con la que el sector femenino celebró la victoria de haberse superado. Doy fe de que muchas y muchos sufrieron, pero no vi ni una mala cara, queja o mal gesto. Impresiona la capacidad de sufrimiento que presentan estas chicas tan guerreras!
Fue toda una experiencia realizar la ruta con Alex y su compi Miguel. Yo suelo grabar las rutas que hago, pero nunca hablo a la cámara, ya que me da «vergüenza» hablar, pero la verdad es que me divertí mucho con ellos. No sólo son dos bikers como la copa de un pino, sino que son unas personas increíbles con las que da gusto rodar, hablar e intercambiar experiencias.
A nivel personal, me gustaría decir que la salida me aportó mucho. Acostumbrado a rodar rodeado de testosterona, donde la rivalidad y competitividad están a flor de piel, resultó agradable realizar una ruta donde lo importante era que todo el mundo disfrutara de la experiencia, sin importar quién pisa primero la meta.