Cada año, además de las marchas o pruebas BTT, nos proponemos superar algún reto personal y este año, le ha tocado el turno al asenso BTT al monte Aizkorri desde Álava.
En el 2013 fue el ascenso al monte Gorbea en bicicleta, algo asequible para quién esté acostumbrado a meter desniveles en la mountain bike, por eso lo hicimos el 22 de diciembre, añadiendo como dificultad una nevada de espanto.
Después de conseguir superar ese reto, el siguiente objetivo apareció de manera bastante lógica: el Aizkorri en BTT. El problema es que no hay mucha documentación sobre el ascenso a esa cumbre en bici.
Tras barajar varias posibilidades, lo afrontamos desde la Sierra de Elgea en vez de subir por Zalduondo, que es la ruta clásica. El problema de esta ruta suele ser la niebla y resulta difícil encontrarla limpia.
En un principio habíamos pensado hacer la marcha BTT clásica de Zurbano, pero al ver que el fuerte viento sur mantenía la sierra limpia de niebla, de manera casi improvisada, decidimos atacar la cumbre del Aizkorri.
El mismo domingo 19 de octubre, después de comprobar a primera hora de la mañana que las condiciones eran las óptimas, a las 06:30 am ultimé el track que llevaríamos ese día.
Con puntualidad Suiza, a las 08:30, salimos de Alegría-Dulantzi en dirección a Larrea, pueblo desde donde iniciamos el ascenso de la Sierra de Elgea.
En los puestos palomeros de la cima, avistamos mucho cazador pegando tiros a todo bicho que pasase por delante, por lo que fuimos avisando para no ser el blanco de alguna perdigonada. Sinceramente, ¡no sé que diversión pueden encontrar en matar a los pobres pajarillos que tienen la mala suerte de cruzarse en su camino!
El track marcado nos llevó por la pista de servicio de los eólicos que decoran todo el cresterío. Es un auténtico rompepiernas, pero las vistas merecen la pena.
Superado ese primer ascenso, el camino se vuelve algo más abrupto y se pierde algo de altura en lo que vendría a ser la fase de acercamiento a las Campas de Urbia.
Frente a nosotros se mostró «el monstruo de la última pantalla», la Sierra de Aizkorri. La belleza del paisaje es indescriptible, por lo que fue obligatoria una paradita para deleitarnos con las vistas.
Después seguimos por la pista hasta el bar de Urbia, donde dicho sea de paso, ponen unos almuerzos de escándalo. Por delante teníamos una paliza de aúpa, así que no tuvimos más remedio que dejar para otro día los huevos con chorizo.
El plan controlado acababa justo ahí. Al no haber un camino claro para la MTB, planificamos la ascensión sobre la marcha. Al ser la opción habitual demasiado vertical, nos abrimos por un sendero de la ladera del Arbelaitz (1513m) para luego unirlo con el Iraute (1511m), de manera que podíamos ganar altura sin tener que bajarnos de la bici. El problema fue, que desde nuestra perspectiva no veíamos bien toda la ruta, y al final tuvimos que descender la mitad de lo escalado, ya que no había otra manera de pasar de un lado a otro.
Una vez en el inicio del camino por el que sube todo el mundo a pie, hubo que cargar con las bicis al hombro, emulando a los riders de downhill que escalan por unos riscos impresionantes, para luego hacer unos descensos de vértigo.
Un matrimonio con el que nos cruzamos, preguntó el porqué de hacer eso. Nuestra respuesta fue contundente: “– Porque nos han dicho que no se puede” (ojo, no porque sea ilegal, sino porque no es nada ciclable), y continuamos con nuestra bici-escalada.
La gente alucinaba al ver dos locos cargando con bicis de monte y zapatillas rígidas de XC por unos senderos que recordaban a las pelis de Tarzán, donde siempre se caía al vacío algún pobre porteador, por lo que nos sacaron cantidad de fotos.
La Orbea Occam tiene uno de los pedaliers más bajos del mercado…y lo he sufrido en más de una ocasión. De hecho, en uno de los senderos ciclables pegué con el pedal en una roca y me fui ladera abajo. Nos encontrábamos entre el Aitxuri (1551m) y el Aketegi (1548m), a una altura considerable. Menos mal que uno es Bizkaitarra (Vizcaíno) de Durango y no me pasó nada. Dí tres o cuatro volteretas ladera abajo y como los gatos, me quedé en pie.
Pasado el susto, me recompuse y seguimos con la labor para la que nos habíamos levantado esa mañana.
Alternando tramos de escalada y ciclables, pasamos por debajo del Aitzabal (1519m) y finalmente, conseguimos coronar la cumbre del Aizkorri en BTT(1528m).
Irónicamente, durante la escalada, había pinchado la rueda trasera, por lo que intentamos repararlo junto al refugio-ermita del Santo Cristo. La cámara de recambio tambien la tenía agujereada (algún pack defectuoso), por lo que intenté arreglar alguna de ellas. La fuerte ventolera que nos azotaba hacía difícil la operación, así que hinchamos todo lo que pudimos la rueda e iniciamos el descenso.
Cómo la idea era comprobar las rutas de acceso, bajamos por la ruta contraria a la que habíamos subido, hacia el Aitzonto (1450m).
El descenso resultó bastante complicado y, al igual que la subida, muy poco ciclable, al menos hasta la mitad (cota 1200m aprox.), donde pudimos alternar tramos montados con otros a pie. Jorge, al ser mil veces mejor que yo en los descensos, se aventuró algo más, pero en una ocasión salió por encima del manillar.
Ya abajo, volvimos a inflar la rueda trasera y de esta manera bajamos hasta Zalduondo, donde llenamos los bidones de agua para llegar finalmente hasta el lugar de partida.
Después de esta aventura hemos añadido una nueva muesca en nuestras bicis, pero he de reconocer que ha sido un acto bastante irresponsable. Escalar por esa zona, con la bici a cuestas, zapatillas rígidas y calas, podría habernos ocasionado un serio susto…aunque…el subidón que tienes después es…¡ una pasada!
Antes de terminar el artículo, os voy a dejar con un segundo montaje de la «bici-escalada», donde se muestra de manera más específica la parte del ascenso más complicado:
(Video con las tomas falsas)
Si sois lo bastante irresponsables como para intentar atacar al Aizkorri en BTT, aquí tenéis el track:
¿Has intentado subir al Aizkorri en bicicleta alguna vez? ¿Qué opinas de la bici-escalada?
[…] Durante el mes de julio descansamos pero en agosto, nos pusimos las pilas para recuperar la forma para la Quebranta MTB. A esta prueba acudimos junto a Raúl Panadero, de quien ya os he hablado al principio del artículo. La prueba fue realmente dura, no solo por las terribles trombas de agua, sino porque debido a la ausencia de asistencia técnica, una avería estuvo a punto de dejarme fuera de carrera. Finalmente logramos arreglarla y terminar el último reto puesto para 2014, al menos en cuanto a retos “profesionales” se refiere. La tradición iniciada en 2013 de los retos personales, este año se ha traducido en el “ascenso en BTT a la cumbre del monte Aizkorri“. […]