Despues de un par de años de incertidumbre la Cicloturista Internacional Bilbao-Bilbao 2022 ha recuperado su formato original y como no podía ser de otra forma, los Hellbikers no fallamos a la cita de la cásica bizkaina.
Nuestra Bilbao-Bilbao 2022
Tal y como hacemos todos los años, en previsión al gran volumen de gente que suele asistir a la prueba nos pegamos el madrugón padre. Al residir en Álava (más cerca de Navarra que de Álava), si queremos aparcar en el Centro Comercial Zubiarte, debemos salir a eso de las 6:00am. No parece demasiado madrugar, pero si añadimos el agravante de coincidir con el cambio de hora, las horas de sueño se reducen drásticamente.
Sobre las 07:00am entramos en el Gran Bilbao y para las 07:15 ya estábamos aparcados en el centro comercial.
Como anécdota resaltar la enorme discusión que tuvo un participante con los voluntarios que organizan el aparcamiento, ya que por lo visto le costaba entender que para no dejar huecos vacios, se debe llenar el parking en un orden muy concreto: de abajo a arriba y del fondo hacia la entrada.
El susodicho se puso muy borde, hasta el punto de casi llegar a las manos con otro ciclista que salió en defensa de los voluntarios. ¡Madre mía, vaya manera de comenzar un domingo!
Recogidos los dorsales preparamos las bicis y nos acercamos a la salida. Habíamos quedado con Jorge (@elchileno_cyclist), que todavía estaba preparando la bici. Todavía no se muy bien como ocurrió, pero para cuando me di cuenta, nos vimos arrastrados por la gran marea humana que conformaba la salida de las 08:00am.
Debido a la masa tan enorme de ciclistas, pasamos la famosa rotonda de Deusto con un pie sin encalar, la Avenida Lehendakari Agirre a 3km/h, pero llegando a Astrabudua, la cosa comenzó a fluir algo mejor.
Nos hizo mucha gracia ver a los jóvenes poligoneros agotando la noche junto a unas fábricas que se encuentran a la ribera del Nervión. Nos miraban con cara zombies, ofreciendo cervézas y riéndose de los que preferimos madrugar a trasnochar, aunque siendo sinceros, con lo poco que habíamos dormido ese día, estabamos bastante igualados…jajaja.
Las Arenas, Neguri, Algorta…y ahí tuvimos que parar, ya que algo no me debió sentar bien el día anterior y me vi obligado a hacer una parada de emergencia. Entré en el polideportivo de Fadura pero no había nadie en recepción a quién pedir persimos, así que ante la urgencia de la situación me tomé la libertad de evitar los tornos de entrada y accedí a los WC por la puerta de minsuválidos. No es algo de lo que me sienta orgulloso ni de lo que se deba alardear. Símplemente lo dejo a nivel de anécdota.
Con algo más de tranquilidad en el cuerpo, nos volvimos a unir a la gran masa ciclista.
Había tanta gente que era complicado usar la técnica de «al hueco», así que nos pusimos en modo «comedido» y nos dejamos llevar por el ritmo natural de pelotón.
@elchileno_cyclist nos atrapó al llegar a Andraka, pero antes de llegar a Unbe ya nos había dejado, ya que su ritmo era algo superior al nuestro.
Poco antes de llegar al Parque Tecnológico de Zamudio coincidí con Eduardo, un compañero ciclista con el que coincidí en la I Vuelta BTT al PN de Urkiola y quien me comentó su interés en participar en la quedada que haremos el primer fin de semana de julio: Vuelta a la Olla Cicloturista, Pedaladas por la Esclerosis Múltiple.
Mientras esperabamos la cola para recibir nuestro avituallamiento, tuve un momento gracioso con una pareja ciclista, en la que discutian porque la chica estaba continuamente haciendo fotos. Ya les dije que si vas a la Bilbao-Bilbao y no paras a hacer alguna foto (entiendase foto=disfrutar=ocio), mejor no vengas. Hay otras pruebas más adecuadas para tomarselas en serio. Al menos, esa es mi opinión.
Bien avituallados, pusimos rumbo a la segunda parte de la Bilbao-Bilbao 2022.
Arteaga, Derio, Mugia, los kilómetros iban pasando y el pelotón se iba desgranando debido a la selección natural.
El frío mañanero iba dejando paso a algo más de calor, lo que hizo que se levantase una brisa ligeramente fuerte y no es lo más recomendable para una prueba tan multitudinaria, así que volvimos al «modo seguro» y así evitar alguna caida no deseada (propia o generar alguna).
Después de Guerekiz, unas banderolas y una marca en el suelo, indicaban el inicio del tramo dedicado al «Tour de Flandes», una iniciativa en la que los usuarios de Strava supieron sacarle más provecho que nosotros.
El año pasado, debido a las restricciones por el Covid-19, la Bilbao-Bilbao 2021 se celebró el 26 de septiembre, por lo que estábamos mucho más rodados y lo notamos en la famosa subida al Morga.
Con poca gloria culminamos el tramo homenaje al Tour de Flandes y acompañados por algunas ráfagas de aire, fuimos a por el frenético descenso que terminó en Uria.
Llaneamos durante 5 kilómetros y por fín llegamos «al muro», es decir, el terrible vivero. Asier estaba acusando el mal tiempo alavés y a su vez el no disponer de un rodillo para poder rodar indoor, así que se le hizo un tanto cuesta arriba ese ascenso (disculpadme por el pésimo juego de palabras…soy consciente de ello).
Unos cuantos juramentos después, conseguimos culminar el vivero y tratamos de afrontar el descenso con mucho cuidado, ya que las ráfagas de viento eran continuas y había mucho ciclista en el tramo.
Asier es un ciclista mucho más hábil que yo, así que bajó el vivero en menos de la mitad de tiempo, lo que le dio pie a enganchar un pelotón rápido, llegando a meta un par de minutos antes que yo, que no pillé ningún tren rápido y tuve que llegar a golpe de pedal para superar el fuerte viento que nos castigó hasta entrar en Bilbao.
VLOG: Bilbao-Bilbao 2022
Pese a que he tratado de contaros con palabras como vivimos la prueba, estoy seguro que el vlog que realizamos el día de la prueba será mucho más gráfico.