Hay un tema que últimamente me está rayando un poco y es el de tener una bici de carretera como entrenamiento complementario a la mountain bike, pero por experiencia propia puedo asegurar que se puede entrenar en carretera sin tener una bici de carretera.
Es innegable que el hobbie-ciclismo se está profesionalizando hasta niveles insospechados: Personal Trainers, dietistas, materiales prohibitivos y un garaje con tanta variedad de bicis como tipos de terrenos hay.
Veo tanto dinero invertido en un hobbie, del cual casi ninguno de nosotros vivimos, que llego a pensar que soy el único que no vende droga, porque con mi sueldo, si he de pagar la hipoteca, el coche, comer, vestir y sobrevivir al día a día, a mi…no me llega.
Además, cuando consigo tener bien montada la MTB con unos componentes aceptables, ya se ha quedado obsoleta y toca cambiar a otro modelo.
Es innegable que la mejor manera de preparar la pretemporada es hacerlo en carretera, ya que te permite rodar a una intensidad y cadencia apropiadas para hacer una buena base, por lo que desde hace unas temporadas ya opté por una medida económica y bastante resultona: Cubiertas lisas o de city.
Los primeros entrenos en carretera los hacía con cubiertas estrechas y de poco taqueado (Maxxis Larsen TT), pero el esfuerzo era tan alto como el innecesario desgaste de las cubiertas.
Mirando un poco internet vi que había cubiertas lisas compatibles con las medidas de rueda de la MTB, por lo que cuando terminaba la temporada de monte, solía desmontar la cubierta taqueada y montaba las lisas, pero si surgía la oportunidad de hacer una salida campestre…era un rollazo, ya que tocaba volver a cambiar el neumático.
Con el boom de las nuevas medidas de rueda, me surgió la oportunidad de comprar unas llantas Shimano XT de 26″ a muy buen precio, lo que me permitió dejar montadas unas cubiertas lisas en las llantas MAVIC antiguas. De esta manera, en pocos minutos puedo usar la misma bici para salir y entrenar en ambos terrenos.