El mundo de la bicicleta y todo lo que le rodea está en continuo cambio, evolución e innovación y la bomba de CO2 es uno de inventos más prácticos para inflar una rueda de manera rápida. Debería haber una en la bolsa de herramientas de todo biker.
El uso del CO2 para el inflado a presión de las ruedas de bicicleta no es algo nuevo, sobre todo cuando se trata de talonar neumáticos tubeless, pero hasta hace poco, los cabezales o adaptadores que traían eran poco menos que inciertos y bastante imprecisos.
Se roscaba la bombona al adaptador y después, mediante una maniobra un poco rara, había que presionarla sobre la válvula de la rueda para inflarla tratando de no perder demasiado aire en el proceso.

Esta maniobra las hacía bastante imprecisas, de manera que no mucha gente se decantaba por este sistema de inflado, pero la llegada de los nuevos cabezales ha revolucionado el mundo del inflado con bomba de CO2.
Se trata de unos cabezales metálicos compatibles con válvulas tanto presta cómo Schrader sin tener que hacer ni mover nada, a los cuales se unen mediante roscado, garantizando facilidad de uso y un perfecto sellado. La bombona de CO2 también va roscada, por lo que el conjunto es muy fiable y sencillo de usar.

El gas se comprime dentro de la botella mediante un proceso el cual hace que al salir, genere bastante frío, por lo que es conveniente utilizar el protector de neopreno que viene junto a la Bomba de CO2 y así evitar posibles quemaduras por frío.