A principios de año, en la V Pedales de Hierro rompí el sillín de carbono Pro Turnix, así que adquirí el Selle Italia Flite Friction Free Flow, un sillín con railes de titanio al que le tenía echado el ojo hace tiempo y, después de 7 meses de uso intenso y un montón de pruebas, me veo capacitado para emitir una opinión objetiva sobre el actual “descanso de mis posaderas”.
La elección
Aunque ya lo comenté en el artículo Cómo encontrar el sillín de bici adecuado para ti, no está de más recordar que no todo el mundo es igual ni tiene las mismas necesidades y por ello, Selle Italia cataloga sus sillines en función de la distancia entre los huesos isquiáticos y la rotación pélvica:
- Idmatch L1: ciclistas rígidos
- Idmach L2: ciclistas medios
- Idmach L3: Ciclistas flexibles
Yo no me encuentro en ninguno de los extremos, así que me decanté por un Selle Italia Flite Friction Free Flow nivel 2, es decir, algo intermedio.
Lo mismo me pasaba con la serie de Pro, que venían catalogados en función de lo tiende a moverse el rider sobre el sillín al pedalear, donde me decanté por el modelo medio:
- Pro Falcon: Estáticos
- Pro Turnix: Medios
- Pro Griffon: Mucho movimiento
Especificaciones
- Peso 205 gramos
- Raíl Titanium Ø 7 mm
- Dimensiones 145 × 275 mm
- Diseño prostático
- Idmatch L2
- Recomendado para carretera y/o montaña.
Características
- Recorte para aliviar la presión
- Tecnología Friction Free
- La superficie más ancha y plana mejora la distribución general de la presión
- El acolchado fino incrementa la comodidad para un perfil ultra fino
- Carcasa de poliamida reforzada