El pasado domingo 18 de octubre tuvo lugar la 20ª edición de una de las marchas más veteranas del calendario BTT de Álava, la de Zurbano, y allí estuvimos un año más para poder contaros la experiencia.
Cuando empecé con esto de las marchas populares en 2011, la de Zurbano fue la tercera a la que asistí, después de la corta de Dulantzi y haber fracasado estrepitosamente en Legutio. La experiencia me gustó tanto que es una cita fija en el calendario de Pedales y Zapatillas.
A estas alturas de la temporada, donde el pescado ya está todo vendido, la actitud con la que se acude a estas citas ludico-festivas, es muy distinta a la que se tiene en las de mayo, donde se suelen utilizar cómo entrenamiento o preparación para algún reto más serio.
El año pasado, por problemas de calendario, no pudimos acudir a la cita, pero este año no hemos querido fallar.
La primera novedad que hemos encontrado ha sido la posibilidad de inscribirnos online en la plataforma rockthesport, iniciativa que aplaudo y agradezco, ya que nos evita ir apresurados a la mesa de inscripciones con el miedo de quedarnos sin plaza.
Puede parecer una tontería, pero a los que solemos ir en bici desde casa a la mayoría de las marchas, el poder salir de casa con mayor holgura nos da mucha tranquilidad.
Sobre las 9:00am nos acercamos a recoger nuestra pulsera identificativa y durante la media hora de la que dispusimos hasta la salida, pudimos saludar y charlar a todos y todas las habituales. Mención especial a los omnipresentes Pro Evasion Bike, quienes contaron con una multitudinaria presencia en esta prueba.
Después del habitual briefing , donde nos resumieron las características de la ruta, las 30 decenas de bikers que acudimos, tomamos la salida.
Después de la habitual vuelta alrededor del pueblo de Zurbano, hicimos varios kilómetros por parcelarias, que ayudaron a estirar el pelotón, evitando atascos en las zonas más estrechas.
Pese a ser una zona por la que solemos ir bastante, consiguieron sorprenderme con tramos que me fueron totalmente desconocidos: Zig-zags por senderos con arboleda, una vaguada con apariencia lunar, escaladas con sus posteriores descensos y la subida al alto de Urbina cómo colofón final.
Dimos la vuelta al pantano pero sin tocar lo que es el pantano en sí, recorriendo montes y veredas de alrededor.
En un tiempo de 3 horas y 31 minutos cubrimos los 45km con 1200m D+, un tiempo donde tuve ocasión de charlar con bastantes de los participantes y todo el mundo estuvo encantado con el recorrido y la organización en general.
A la llegada nos sorprendieron con unos útiles manguitos de ciclismo, como recuerdo de la prueba y un avituallamiento de lujo.
Quisiera dar mi más sincera enhorabuena a la organización por lo acertado del recorrido en general . Muy equilibrado y divertido, donde nos obligó a esforzarnos al máximo tanto en subidas cómo en bajadas.