El pasado 28 de abril, después de 4 años, volvimos a escuchar la famosa Llamada del desierto y acudimos a las multitudinaria Orbea Monegros Bike Marathon 2018.
Situado en el Valle del Ebro y a escasos kilómetros de Zaragoza, se encuentra el Desierto de los Monegros, una región árida y muy erosionada que recuerdan mucho a las Bardenas Reales.
Irónicamente no se trata de un desierto «natural», sino que es producto de la deforestación del hombre que, unida a un cierzo implacable y a la escasez de lluvias, han dado lugar al paraje desértico que contemplamos hoy en día.
Además del famoso Monegros Desert Festival, en este paraje tan extraño lleva celebrándose desde 1999 una prueba de Mountain Bike, la cual ha ido evolucionando hasta convertirse en la macro concentración ciclista que es hoy en día.
Cuando abrieron el periodo de inscripciones hubo una auténtica avalancha, agotándose las participaciones en menos de 2 horas. Esto ocasionó un colapso en la plataforma www.rockthesport.com y como consecuencia de ello, Iñigo y yo salimos en cajones diferentes, cajónes 1 y 3.
Pese a la gran diferencia de fluidez que supone, Iñigo se retrasó hasta mi cajón, el 3 y salimos juntos.
Los primeros kilómetros siempre son los más complicados, ya que la gente quierer recuperar los puestos perdidos desde el minuto 0, lo que se traduce en situaciones de máximo peligro.
En 2014 pude salir en el primer cajón y os aseguro que la carrera es totalmente diferente.
A estas alturas de la vida, tenemos la templanza suficiente como para no tomarnos estas pruebas demasiado en serio, siendo el objetivo principal disfrutar de la experiencia y el espectáculo.
A medida que íbamos metiendo kilómetros conseguiamos remontar posiciones, aunque ya os digo, no era ese el objetivo. De hecho, aprovechamos para pararnos y charlar holgadamente con los amigos que nos íbamos encontrando durante el camino.
Cuando se podía adelantar, adelantábamos y cuando no se podía…pués esperábamos. Reconozco que en la zona de charcos saqué mi vena más «malévola» e hice el «Moises», término que utilizamos cuando cruzamos un pozo a toda velocidad emulando al relato Bíblico donde el susodicho abrio las aguas del Mar Rojo para que el pueblo judío pudiera cruzar. Sinceramente, me pone muy nervioso el tener que parar 15 minutos para cruzar un charco por los orillos.
Esquivamos bastantes peligros, nos comimos muchos tapones, saludamos a cantidad de gente conocida y finalmente, con un tiempo global de 5h 37m (21km/h media) entramos en meta en los puestos 2008 y 2009 de 8.000 participantes.
Íbamos con una buena media y podíamos haber entrado en 5h tranquilamente, pero al llevar las gomas con una presión muy alta y las suspensiones bloqueadas ,la espalda me recordó que estoy más cerca de la silla de ruedas que de la bici, así que aflojamos bastante en los últimos 30km.
Personalmente es una prueba que, pese a estar increíblemente bien organizada y ambientada, pero que se corre con demasiada gente y a mi no me hace demasiada gracia, así que fuimos con la intención de disfrutarla…y lo conseguimos.
Pese a que no me motive para volver año tras año, reconozco que la Monegros Bike Marathon es una prueba con mayúsculas, convirtíendose en ese destino que todo biker debe visitar al menos una vez en su vida.
Los puntos positivos de la Orbea Monegros Bike Marathon son su ambientazo y un recorrido espectacular que te acerca al abismo de lo que puede ser una experiencia de desierto. De hecho, las malas lenguas la llaman “la Titan Desert de los pobres”.
Los únicos puntos negativos los ponemos los propios participantes. Entre 8.000 bikers tiene que haber de todo y lo que mas me molesta es la falta de educación. Hay gente a la que le da exactamente igual tirar a alguien por el mero hecho de pasar por una zona complicada.
Cuando estábamos a pocos kilómetros de meta un participante se “inventó” un paso a la vez que yo rebasaba a otro biker, creando una situación de riesgo para todos.
No me pude aguantar y le recriminé su acción, lo que casi acaba en tangana y básicamente por decirle que por la izquierda iba yo y que se esperase hasta que me pudiese apartar.
Para toda aquella gente emocionada, que no ve más allá de la bisera de su casco le quisiera dar el siguiente consejo:
Lo que no has hecho en 110km, no pretendas hacerlo en 7
Yo estoy acostumbrado a correr y participar en mil batallas, por lo que os aseguro que un empujón o enganchón con el manillar no me van a tirar al suelo, pero hay mucha gente con poca experiencia que pueden terminar la “Llamada del Desierto” con muy mal sabor de boca…y eso no es justo.
Saludos especiales para Javi, de Godoy Bike&Ride, que estuvo en el avituallamiento 1 dando asistencia mecánica y a otro Javi, pero de Construyendo Sueños a Pedales, que plantó cara a sus miedos, miró a sus límites a los ojos…y los partió por la mitad.
No se cuando volveré a escuchar la «Llamada del Desierto», pero si os aseguro que esta no ha sido mi última Monegros Bike Marathon.
Las fotos de la prueba corrieron a cargo de la empresa privada «QUIEROMISFOTOS«, por lo que si queréis un recuerdo de vuestro paso allí, deberéis desembolsar unos euros más:
Fotos Orbea Monegros Bike Marathon 2018
Las clasificaciones y demás información la encontraréis en la web de la organización:
Orbea Monegros Bike Marathon 2018
¿Has participado en la Monegros Bike Marathon 2018? ¿Qué te ha parecido?