El pasado sábado, para celebrar que por fin han terminado las intensas lluvias de este interminable invierno, nos dirigimos al Santuario de Nuestra Señora de Arantzazu para realizar un trekking por las sierras de Aizkorri y Aloña (Gipuzkoa).
En principio la idea era hacer un track que habíamos bajado de la web de rutas por Gipuzkoa (http://www.rutasporgipuzkoa.com/) la cual coronaba el monte Akaitz, pero siendo fieles a nuestra manía de no hacer un track por donde se debe, fuimos por otra ruta alternativa la cual estuvo bastante bien.
Salimos del Santuario de Arantzazu y nos encaminamos hacia el edificio de exposiciones (Parketxe), por donde subimos unos cuantos escalones. Una vez arriba, seguimos hacia la izquierda hasta que encontramos un cruce de caminos y una señal que ponía “Duru” hacia la derecha.
En ese cruce el tipo de camino pasó de ser firme y agradable a una pequeña tortura de barro y piedras, donde todo eran inclinaciones y posibles torceduras de tobillo, por lo que se recomienda ir bien atentos a lo que estamos haciendo.
Tras un deambular de unos 30 minutos aproximadamente, llegamos a la majada pastoril de Duru, una zona con 4 casas (literal), pero que nos hizo babear por la belleza y tranquilidad de la zona. De hecho estuvimos largo rato especulando sobre la posibilidad de comprar una casa a reformar por la zona, para huir de los ruidosos vecinos y del estrés de la vida diaria.
En Duru hay que ir por el camino de la izquierda, siguiendo la pista compartida con vehículos a motor, aunque no es que sea un espacio muy transitado. En esta zona dejamos de seguir las marcas rojas y blancas para ir por un sendero ascendente que se une nuevamente con el camino que nos lleva a una fuente.
En teoría aquí deberíamos haber cogido una pista que va por la izquierda para llevarnos hasta el collado de Aitzarrate y poco después a la cima del Akaitz, pero como suele pasar cuando vas hablando a gusto, no miras el GPS y deambulas por la pista ancha, la cual invita a seguir paseando por ella.
Llevábamos andando el rato suficiente como para plantearnos el no desandar lo andado y buscar una ruta alternativa, así que como se suele decir, preguntando se llega a Roma, nosotros llegamos a un refugio, donde un grupo de montañeros de la zona nos dieron indicaciones sobre un camino alternativo, el cual se trataba de un sendero estrecho que bordeaba la cima a la que queríamos llegar.
Vimos una subida bastante prominente, pero relativamente corta, que al consultar con el GPS nos dejaba justo en el buzón del Arriurdin, por lo que ni cortos ni perezosos por ahí tiramos. Tratando de quitar dureza a la ascensión y usando una técnica de la bicicleta de montaña, subimos la cuesta haciendo zig-zag. Al llegar arriba, disfrutamos de una vista espectacular de toda la zona, pudiendo valorar la belleza que nos rodeaba mientras degustábamos una barrita energética para recuperar fuerzas.
Tras hacernos unas fotos en el buzón del Arriurdin, el cual es un rastrillo, seguimos cresteando asomándonos a la balconada que nos ofrecía una vista de pájaro de toda la zona y donde hicimos numerosas fotos y panorámicas.
Nuestra ruta senderista nos llevó hasta el siguiente buzón, el del Errikoaitza, que tiene forma de seta.
Llevábamos ya unas tres horas y media de caminata, por lo que decidimos buscar refugio del fuerte viento que azotaba para poder comernos unos pedazo de bocatas que nos supieron a gloria, disfrutando de un precioso paraje en la más absoluta soledad, algo que nos parecía imposible viendo la cantidad de gente que había subido al Santuario con equipación de monte.
Siguiendo las marcas rojas y blancas llegamos a una zona que nos exigía un pequeño trekking ascendente para llegar a la cima del Akaitz. No somos montañeros expertos y además nos suele acompañar nuestra sufrida bulldog francés, Max, por lo que me adelanté para analizar el camino y valorar si seguir o descender, así que tras un ratillo de subida, decidimos descender directamente por lo que parecía en principio un camino sencillo.
Como siempre suele suceder, lo que al principio era un senderito no marcado, se convirtió en una bajada un pelín técnica entre rocas, las cuales nos obligaron en ciertas ocasiones a poner culo al suelo para garantizar nuestra integridad. Por desgracia rasgué el pantalón con una de esas piedras, y también parte del camino tuve que llevar a Max en brazos, ya que no podía bajar ni saltar sin peligro de hacerse una herida con las rocas.
Pasado el momento “aventura” de la excursión, retomamos un camino compartido con algunos vehículos 4×4 hasta llegar a un cruce donde marcaba la ruta hacia “Arantzazu”, marcado con las señales rojas y blancas. Se trata de un sendero que desciende junto a un río y que nos permitió disfrutar de una visión más montañera del camino de vuelta.
Llegamos a Duru y tras volvernos a maravillar por la sencillez pero tremenda calidad de la zona, bajamos a Arantzazu por la misma pista rompe-tobillos por la que habíamos subido.
Como resumen decir que es una ruta que parece sencilla pero, no os dejéis engañar, ya que al final son unas cuantas horas andando (entre fotos y paradas para comer nos costó unas 7 horas, eso sí, a velocidad pasiega) y por un terreno que puede ser algo complicado para quien no esté habituado a rutas de montaña.
La recomendación es llevar calzado técnico, bastones, agua y algo para comer, para que un bonito día de monte no acabe en un disgusto.
El track original que íbamos a realizar podéis descargarlo en:
El track de la ruta que realizamos nosotros podéis descargarlo en:
¿Has realizado esta ruta? ¿Qué te ha parecido? ¿Qué otras rutas por la zona recomendarías?
Ibilbideak
Ederra!
gure Fb eta Twen mugituko dut
pedalesyzapatillas
mil esker Mikel!! Gora pistatxo-ibiltariak!!!
somier
Las fotos son impresionantes!
pedalesyzapatillas
Pues "in situ" las vistas son infinitamente mejores! Un sitio increible.