Cuando el Diablo no tiene nada que hacer, mata moscas con el rabo…
Cuando ya tenemos una bici guapa, una equipación molona y llueve tanto que no podemos salir, lo único que nos queda por hacer es tunear al biker y no se nos ha ocurrido mejor manera que haciéndonos un tattoo.
Sin pensárnoslo dos veces, agarramos la Action Cam GoPro y nos lanzamos a la loca aventura de mostraros la experiencia que supone pasar por un estudio de tatuajes y salir de él sin parecer que te han parido en un bar de moteros.
Os advierto que hay muy poca censura y se trata de un vídeo real como la vida misma.
Espero que os resulte entretenido, divertido e incluso didáctico: