El pasado martes 7 de abril, aprovechando la Semana de Pascua y el buen tiempo, decidí realizar una ruta que tenía en mente desde hacía unas semanas, Briñas desde Alegría-Dulantzi.
Hace unas semanas, los Pro Evasion Bike hicieron una ruta que iba desde La Puebla de Arganzón hasta Briñas, pero por diversas causas, no pude acompañarlos, pero me quedé con ganas de probarla.
La ruta originalmente es de 85 kilómetros y unos 1400 metros de desnivel positivo, pero a los que ya me conocéis, no os sorprenderá que yo la haya realizado desde mi lugar de residencia, Alegría-Dulantzi.
No soy amigo de andar cogiendo el coche para realizar una ruta, salvo que sea estrictamente necesario. Razón por la que suelo trazar las rutas siempre de manera circular, con inicio y final en este bonito pueblo de la Llanada Alavesa.
Por otra parte, me encuentro realizando un test de sillines Pro para Iberobike magazin, así que sin pensarlo mucho monté el modelo Falcon Carbon, cargué el track en el Garmin, llené el CamelBak de agua hasta los topes, los bolsillos de barritas y me lancé a la aventura.
Al ser un día de labor para la mayoría (es lo que tiene ser «profe»), mi fiel compañero Jorge, no pudo acompañarme, así que la realicé en solitario, bueno, con un buen repertorio de antiguallas macarras en el reproductor mp3 (si…lo sé, hay mp4/5/6…, pero el mío ya se puede considerar «retro»).
Partí de Alegría-Dulantzi por la calle que va hacia la iglesia y empecé a recorrer el Vasco-Navarro hasta Vitoria-Gasteiz, de donde salí por la habitual red de Carriles Bici que hay por toda la Green Capital.
Siguiendo el Camino de Santiago fui dejando atrás poblaciones como Gometxa o Nanclares de la Oca, hasta llegar a La Puebla de Arganzón.
Con la tontería ya llevaba 30 kilómetros para sumar a la ruta original de los PEB.
Siguiendo por pistas dejé Estavillo y comienzé a subir por camino más de monte. Me dejé llevar en una frenetica bajada, con gran emoción…hasta que me di cuenta de que me «había colado» reconvirtiendo esa chula bajada en una cuesta arriba bastante tediosa. Como suele decir Jorge: «en nuestra linea».
Cruzé alguna pieza por los pasos marcados hasta llegar a unos carteles que indican un cruce. Según el track que llevaba, debía seguir el que pone «Lacervilla» por GR. La pinta de sendero vertical y pedregoso, me hizo prevenirme, así que abrí suspensiones, bajé el sillín, y… menos mal, ya que se trata de un descenso de lo más endurero con cantidad de rocas, saltos y verticales donde la bici no frenaba.
Con más pena que gloria, pero sin esmorrarme, llegé a Lacervilla, desde donde vi, con bastante pena, que de haber seguido en el cruce un poco más hacia arriba, hubiese llegado a el «Ermita de San Formerio«, situado en un balcón con unas vistas increíbles. Bueno, para la próxima.
Pisteando localidades como Escanzana y Berantevilla fueron quedando atrás.
Kilómetro 47 y Lorenzo empieza a cascar. Me quité la chaqueta para enfrentarme al calvario de 6 kilómetros por carretera que me llevaría hasta el alto de Portilla.
Haciendo otra pequeña variante del track original, subí hasta el castillo de la localidad por una pedregosa cuesta que se me atragantó un poco, así que parte la hice desmontado.
Una vez arriba, decir que las vistas son espectaculares. La imagen de una especie de columna vertebral de roca, cortando el vacío, me hizo sentirme muy afortunado de poder disfrutar de esas vistas.
La magia se rompió cuando a la tremenda bajada de piedrilla suelta, le siguió otra igual de tremenda, pero a la inversa. Una vertical de 2 kilómetros que me hicieron plantearme que narices hacía allí solo, un martes y con ese solazo…
Superado ese momento de crisis y refrescado por el descenso pistero, llegué a Sta Cruz del Fierro, donde me paró un hombre muy majo para advertirme de que el río se había llevado parte del camino. Cuando llegué al tramo en cuestión, me di cuenta que eran más las ganas de charlar que otra cosa, ya que el paso tenía más de dos metros de ancho. Aun así, los 5 minutos de charleta fueron muy agradables.
1,5 kilómetros en dirección contraria por el arcén de la N-124, pese a estar indicado cómo Camino de Santiago, me hicieron pasar algo de miedurri, sobre todo por la velocidad de los camiones.
Enseguida recuperé la sonrisa al ver que mi camino se abría hacia la izquierda por una pista marcada como GR. Alcanzado el alto, aproveché para descansar un poco y comer alguna barrita, ya que las tripas empezaban a recordarme que la hora del desayuno había quedado lejos.
Sobre el kilómetro 69 llegué a Salinillas de Buradón. Aquí tuve un pequeño conflicto, ya que había una señal donde ponía: «Briñas 5,5km», pero el track me indicaba ir en dirección opuesta.
La verdad es que no había tenido mucho tiempo para estudiar el recorrido, pero sabiendo quienes lo habían trazado, le hice caso al GPS y seguí lo marcado.
Una pista un tanto rota me llevó a través de varios collados, donde me volvió a parar otro hombre con ganas de charlar. Se trataba del dueño de unas yeguas que se encontraban pastando por la zona. El hombre debía estar algo aburrido, ya que pese a decirle varias veces que tenía GPS, insistió en explicarme todos los caminos, cruces, vertientes y collados que debía coger para llegar a Briñas.
Muy agradecido por el interés, pero perdido en la mitad de las explicaciones, solamente me quedé con que cerrase las verjas de paso para que no se escapasen los caballos.
En este tramo me encontré cantidad de barro ya que los vehículos 4×4 junto a los riachuelos, habían dejado el camino bastante enfangado, aún así, disfruté mucho del trayecto.
Atravesé Labastida, donde un Bulldog Francés me persiguió por una calle empedrada hasta «inmovilizar» mi rueda delantera. Por miedo a hacerle daño, detuve la bici, momento en el que dejó de llamarle la atención y se volvió a su lugar de descanso.
Una serie de pistas de servicios que van entre viñedos, me llevaron hasta el objetivo de esta ruta: Briñas.
Normalmente solemos ir allí a comer menestra y chuletillas al sarmiento en el Mesón Chomin, donde las preparan de escándalo, pero ese no iba a ser el día, así que subí al mirador de la localidad, me avituallé e inicié el camino de regreso siguiendo la vereda del Río Ebro.
La vuelta fue por unas carreteras muy poco transitadas. De hecho solamente me crucé con dos camiones que venían de la cantera de San Felices.
En menos de una hora crucé Ircio, Miranda de Ebro y llegué a Rivabellosa, donde volví a coger pista de tierra hasta Armiñón.
El viento comenzó a soplar bastante fuerte, con rachas que rondaban los 30 km/h, así que el regreso hasta casa se me hizo bastante duro. En los tramos que van de Vitoria a Alegría, solemos rodar a 30 km/h, pero ese día, por el vendabal, fui incapaz de superar los 14 km/h.
De hecho, a la altura de Zurbano, me entró tal desesperación que estuve a punto de tirar la bici a la pieza. Por suerte, algo de sangre me llegó a la cabeza y me ayudó a darme cuenta de que si tiraba la bici…me tocaría caminar, así que me recompuse, agarré esa mala uva y la transformé en energía para superar la ventolera.
Finalmente me salieron 165km, 1786m de desnivel positivo, aunque después de limpiarla con el Trackmaker, esta bonita ruta, la cual cruza por tres Comunidades Autónomas: País Vasco, La Rioja y Castilla y León, ha quedado en 157km y 1743m de desnivel positivo. El tiempo invertido ha sido de 10 horas, descansos incluidos.
Tal vez tenga mucha carretera para los más puristas de la bici de montaña, pero personalmente, me ha gustado mucho. De hecho la catalogaría como «ruta Cicloturista con tramos interesantes».
Si te ha picado el gusanillo y quieres animarte a realizarla, aquí tienes el track:
¿Conoces esta ruta?¿Recomiendas alguna otra del estilo?
Aledia
Tiene pinta de ser una bonita ruta. Lo difícil suele ssr encontrar gente que se anime a acompañarte en este tipo de rutas.
pedalesyzapatillas
Si que suele costar encontrar a gente para hacer rutas un poco largas, pero lo más importante, son las ganas. Si de eso andas bien, el resto poco importa (bueno, y estar lo suficientemente entrenado, claro). Las rutas en solitario son bastante enriquecedoras. Además del recorrido en sí, te llevan por un viaje interior interesante 😉
Un saludo!
Javier
Avísame cuando vayas a hacer una de 200 Km …
pedalesyzapatillas
Javitxu!! el día que te animes, me avisas y ya hacemos una gorda de verdad :))