Con inicio y final en la población navarra de Leitza, el pasado 30 de septiembre se celebró la II Leitzulia y los Hellbikers, allí estuvimos para vivirlo y contarlo de primera mano.
La Leitzulia
Durante muchas ediciones, la gente de Leitza (Navarra), ha organizado la exitosa carrera trail EH Mendi Erronka, pero su sector BTTro echaba en falta una prueba propia en esta modalidad.
Por esa razón, el año pasado, recogieron toda la experiencia adquirida en las carreras de montaña y la aplicaron al mundo de la Mountain Bike, organizando la I Leitzulia, prueba que tuvimos la oportunidad de «desmontar«.
El éxito de esa primera edición ha catapultado la Leitzulia hasta el Top de las pruebas BTT, siendo una cita imprescindible en el calendario de muchos y muchas Mountain Bikers.
El recorrido
El entorno de Leitza es impresionante: hayedos, cortados, pistas, senderos, ríos y todos esos factores que bien mezclados nos dan un caldo de la más alta calidad.
Pese a tener los mejores ingredientes, no todo cocinero sabe hacer un buen guiso, pero este no es el caso. Han sabido combinar correctamente todos los elementos para obtener un auténtico rutón.
Las personas responsables de trazar el track, son bikers de mucha experiencia, por lo que han sabido hacer un recorrido muy equilibrado, divertido pero no peligroso, exigente pero no imposible.
A lo largo de sus 42 kilómetros, la Leitzulia esconde grandes tesoros que harán las delicias de toda persona amante de la montaña.
Los 5 primeros kilómetros discurrieron por la Vía Verde del Plazaola, lo que vino muy bien para calentar y estirar un poco el pelotón. A partir de ahí, todo fue un continuo sube-baja por las cumbres más significativas de la zona: Petriketa (1057m), Uitzi (808m) y Guratz (956m).
La unión de las tres cumbres lo hicimos por pistas forestales, sinuosos senderos, frondosos hayedos, pasos elevados y pasos de roca.
Los descensos fueron relativamente técnicos en algunos puntos, siendo lo más sensato no emocionarse demasiado.
Los avituallamientos
La organización puso a disposición de los participantes dos avituallamientos en ruta y otro al finalizar.
El primero lo encontramos sobre el kilómetro 18, en Basakabi, donde pudimos reponer líquido y comer algo de fruta.
El segundo lo colocaron justo después de una fuerte bajada, exactamente en el km 34, al paso de la NA-1700.
El punto de corte también se situó en ese mismo punto y debido a la complicada meteorología, se decidió adelantarlo a las 13:00. No son decisiones que le guste a nadie tomar, pero es responsabilidad de la organización velar por la seguridad de los participantes.
A partir de ahí, terminamos de completar los 1.400 metros de desnivel acumulado que tiene la prueba por preciosos senderos y sinuosos hayedos hasta entrar como cohetes de nuevo en la Plaza Euskal Herria, lugar de inicio y final de la prueba, además de uno de los escenarios de la famosa película «Ocho Apellidos Vascos«.
El marcaje
Este suele ser uno de los puntos más comprometidos de todas las pruebas. Un mal marcaje puede dar al traste incluso con la mejor prueba del mundo, pero como ya he comentado, la organización tiene una dilatada experiencia en esto de las pruebas de montaña e hicieron un marcaje de lujo.
Además de cantidad de bandas rojas y blancas colgadas de los árboles, múltiples flechas colocadas sobre postes, iban reorientando a los participantes hacia el camino correcto.